

¿Hacia dónde va el motorsport? Evolución del motor vs. evolución del combustible
La industria automotriz está en una encrucijada: los motores de combustión interna siguen evolucionando con tecnologías híbridas para mejorar eficiencia y reducir emisiones, pero al mismo tiempo, los combustibles sintéticos neutros en carbono se presentan como una alternativa real para mantener viva la esencia del motorsport sin comprometer el medio ambiente.
Entonces, ¿vale la pena seguir invirtiendo en la hibridación de motores de combustión o sería más estratégico acelerar la producción y adopción de combustibles sintéticos?
El dilema de la evolución del motor
En los últimos años, la FIA y varias categorías han apostado por sistemas híbridos en un intento de reducir emisiones y mejorar la eficiencia. Pero la realidad es que la hibridación en el motorsport ha generado autos más pesados, complejos y caros. Los motores siguen siendo impresionantes, pero ¿estamos realmente preservando la esencia del deporte?
Si la meta es reducir la huella de carbono, la eficiencia de los sistemas híbridos es solo una parte de la ecuación. Sin embargo, sigue habiendo una dependencia de combustibles fósiles, y los sistemas híbridos actuales solo reducen parcialmente las emisiones en comparación con un auto que usa un combustible sintético limpio.




La opción de los combustibles neutros en carbono
Mientras tanto, el desarrollo de combustibles sintéticos promete mantener vivos los motores de combustión sin emisiones netas de CO₂. Marcas como Porsche, Ferrari y algunos campeonatos como la Fórmula 1 ya están explorando su viabilidad.
La gran ventaja es que estos combustibles pueden alimentar los motores actuales sin necesidad de cambios radicales en la mecánica. En otras palabras, podríamos seguir disfrutando de motores potentes, ruidosos y con toda la emoción del motorsport, pero sin el impacto ambiental negativo.




¿Dónde deberían estar los recursos?
Si el objetivo es la sostenibilidad sin matar la esencia del motorsport, tal vez la inversión en hibridación debería redirigirse a escalar la producción de combustibles sintéticos. La hibridación ha servido como un puente tecnológico, pero si los combustibles neutros en carbono se pueden producir en masa y a costos accesibles, ¿para qué complicar aún más los motores con sistemas híbridos pesados y restrictivos?
El motorsport nació con motores de combustión rugiendo al límite, con una conexión pura entre piloto y máquina. Si podemos mantener esa esencia sin comprometer el medio ambiente, parece una opción más alineada con la pasión que nos trajo hasta aquí.
El futuro del motorsport no debería ser una batalla entre combustión e hibridación. Tal vez la verdadera pregunta es: ¿queremos autos con alma o simplemente máquinas eficientes?


AUTOR: Carlos D’Andrea