Opiniones encontradas por el futuro del WRC: el fin de la era híbrida y el nuevo reglamento
Opiniones encontradas por el futuro del WRC … La actualidad del WRC necesitaba un cambio de rumbo o, al menos, una serie de cambios oportunos para mejorar un presente que preocupaba no solo a los fanáticos de la disciplina y a los organizadores de los eventos, sino también a los pilotos y a los nombre propios que conforman la categoría estrella de Rallies, que exhibió notoriamente una caída en la cantidad de inscriptos en la categoría más importante a nivel mundial.
Tras varios meses de análisis, estudios y en pos de devolverle su merecida investidura al WRC, un grupo de trabajo de la FIA -que había sido apuntado para evaluar la dirección a corto y mediano plazo de los rallies, y que es encabezado por el vicepresidente de la FIA (Robert Reid) y el experimentado jefe de equipo del WRC, David Richards- determinó en consenso con el órgano rector del automovilismo a nivel mundial que lo ideal, al menos a priori, era abandonar los coches con sistemas híbridos.
Y esa decisión se volvió una realidad. Se llevará a cabo a partir de la temporada 2025 con el objetivo de volver a incorporar nombre de fuste en la divisional más destacada.
Cambios importantes para la temporada 2025
Pero la postura de dejar de lado los impulsores híbridos (que se presentaron en 2022) no fue una acción aislada por parte de la FIA, además se implementará un nuevo reglamento desde 2026 para los Rally1, en el que se viene trabajando hace mucho tiempo.
Además del cambio de potencia, habrá una reducción en el sistema aerodinámico de los autos y del restrictor turbo. ¿Por qué? Con el deseo de reducir costos y acotar presupuestos, un problema generalizado para el mundo del automovilismo en todas las categorías de nivel internacional.
En el almanaque, junio aparece marcado con una cruz roja como el mes en el que finalmente se harán oficiales los reglamentos deportivo y técnico para el WRC en su temporada 2025. Otro de los aspectos importante en vistas al certamen del año 2026, es la posibilidad de que los fabricantes de los coches tengan la libertad de desarrollar los autos con sus respectivas carrocerías según su clase y concepto.
La finalidad es reducir los costos para que los coches tengan un límite de 400.000 euros por unidad, muy inferior al que rondan actualmente. Más adelante se evaluaría la implementación de una categoría netamente eléctrica. Por supuesto que todas estas modificaciones de alguna manera directa, o indirecta, afectarían al rendimiento de las actuales unidades que se fueron actualizando a la velocidad de la luz: pasarían de los 380 HP que hoy manejan a aproximadamente 330 HP en 2026.
Que la categoría reina sea más accesible no sólo atraería a más protagonistas; el foco también está puesto en recapturar a fabricantes y equipos: el coqueteo por el retorno de Lancia (que ostenta diez títulos en el campeonato de constructores del WRC) y de Subaru son apenas algunos indicios de esos buenos augurios.
Años de transición
Hasta que el nuevo reglamento entre en vigencia como piedra basal del campeonato, en 2027, habrá que acostumbrarse a la coexistencia de autos variados y con diferentes especificaciones.
Que el objetivo apunte a autos más grandes y un poco más lentos puede que atente contra el espectáculo: la incorporación, en la temporada 2022, de motores híbridos permitió que los ingenieros trabajen a destajo en sus desarrollos para llegar a un punto en el que los coches tomaran curvas cerradas y horquillas, sobre grava, a una velocidad altísima. Pero también es verdad que esa decisión hizo que los costos se dispararan a valores incalculables.
En ese contexto, y ante la preocupante merma de cantidad de pilotos y equipos, volver a las bases y planificar modificaciones no parece un plan descabellado.
El 2025, además, tendrá cambios en el formato de los rallies y sus parques de asistencia. Los organizadores de las competencias, la próxima temporada, tendrán libertad para poder planificar y diagramar las fechas en función de lo que consideren más conveniente en cada escenario. También las estructuras de trabajo pasarán a ser locales y se limitará la cantidad de personas a trabajar en cada evento: el propósito de bajar costos en el presupuesto es el foco principal.
La reacción de equipos y pilotos
Los artífices del espectáculo y de mantener viva la llama de esta especialidad, más allá del ente rector, son justamente los protagonistas: los pilotos y las estructuras.
Ambas partes se manifestaron a favor del cambio técnico propuesto por la FIA en función de acotar los gastos, pero sí objetaron o al menos dieron su opinión -diferente- respecto a los cambios en el reglamento técnico: está claro que el interés es emparejar el rendimiento al de los coches de Rally 2 (que en la actual temporada duplica la cantidad de inscriptos en relación al WRC) para finalmente sumar en ambas divisionales una mayor participación de pilotos.
Por supuesto que el tiempo es un factor válido para la preocupación y los reclamos de las estructuras, que ya explicaron que para ellos resultará sumamente complejo poder adaptarse y evolucionar en este versátil y cambiante panorama, en el que deberán trabajar mucho sobre los cambios aerodinámicos. Y todo ello sin tener en cuenta las cuantiosas inversiones que se han implementado en el último tiempo, ante el futuro pactado de usar este tipo de unidades de potencia hasta finales de 2026.
El aspecto válido del planteo de los equipos fue la vía formal en la que encararon su reclamo: las tres estructuras oficiales (Toyota, Hyundai y M-Sport Ford) enviaron una carta a la FIA en la que no se opusieron a la totalidad de las modificaciones, pero en la que sí pidieron que, al menos las reglas del Rally1 del WRC mantengan sus normativas hasta la conclusión de la temporada 2026.
En definitiva será en el Consejo Mundial, que se celebrará en junio, en el que se conocerán más detalles sobre el futuro de la categoría reina de los Rallies a nivel mundial.
