

Frenar es manejar una fricción con otra fricción
La fricción del neumático contra la superficie depende de cómo controlamos la fricción de las pastillas de freno contra el disco. Para frenar de manera eficaz y detener el auto en el menor tiempo posible, hay que equilibrar ambas fricciones.
Para lograr el mayor poder de frenado, la rueda no debe girar exactamente a la velocidad del auto, sino un poco más lento. Esta diferencia de velocidad entre la rueda y el suelo se llama slip. El slip ideal para la mejor desaceleración ronda entre el 20 y 30%, y en la práctica apuntamos a mantenerlo alrededor del 25%. Esto permite seguir frenando fuerte sin bloquear las ruedas y perder el control, incluso si cambia el grip.




Para controlar este balance, gestionamos la presión sobre el pedal de freno. Al inicio, la presión debe ser alta, pero a medida que el auto pierde velocidad, hay que soltar el pedal progresivamente. ¿Por qué? Porque la relación entre la velocidad del disco y la fricción con la pastilla es lineal: a menor velocidad, se necesita menos fricción para la misma desaceleración. Si no reducimos la presión, la rueda tenderá a bloquearse.
Por eso, cuando vemos los datos de presión de freno en el auto, el gráfico muestra un pico alto al inicio y luego una reducción progresiva. No mantenemos la presión máxima mucho tiempo, porque bloquearía las ruedas. En su lugar, la soltamos gradualmente para ajustar la fricción mientras el auto se acerca a la curva.




AUTOR: Carlos D’Andrea