

El problema no es cómo cae, sino cómo se levanta.
El problema no es cómo cae, sino cómo se levanta: En palabras simples: el regulador de rebote sirve para controlar qué tan rápido se estira el amortiguador después de comprimirse.
No estamos hablando de cuánto se hunde el auto, sino de cómo se recupera. Y eso impacta directamente en cómo se comporta en pista.
Cuando frenamos, apoyamos o pasamos por una curva, la suspensión se comprime.
Ahora bien, lo importante no es solo cómo absorbe el golpe, sino cómo vuelve a su posición.


Si lo hace demasiado rápido, el auto puede volverse nervioso, rebotar y perder contacto con el piso.
Si lo hace muy lento, queda “clavado”, sin margen para absorber lo que viene después.
El regulador de rebote define ese ritmo de recuperación. Y con eso, también define:
• La altura dinámica del auto.
• La fuerza de contacto del neumático con el piso.
• La velocidad de reacción del auto.
• La sensibilidad con la que el piloto recibe información.




No es solo confort. Es comunicación entre el piso y tu cuerpo.
Por eso, el rebote no se ajusta para que “vuelva más rápido o más lento”.
Se ajusta para que el auto acompañe la energía que recibió, y quede listo para lo que sigue, sin cargarse ni vaciarse de más.






El problema no es cómo cae, sino cómo se levanta
AUTOR: Carlos D’Andrea